Hace un año os escribí en este mismo blog una promesa. Prometí cambiar todo aquello de mi vida que no quería. Me propuse la meta de entrar en los 30 convertido en aquello que quiero ser. Prometí llegar a la barrera de los 30 siendo la persona que soy.
También prometí celebrarlo por todo lo alto y así lo haré este fin de semana. Porque por fin ha llegado el día: ¡hoy cumplo 30 años!
Una fecha especial: 30 años no se cumplen todos los días. Es un número bonito. No es una cifra que me asuste ni que me deprima. Todo lo contrario: llevo un par de años deseando que llegara este día. El día que según dicen cambia nuestras vidas. Tenemos una vida prácticamente labrada y un futuro esperándonos. Nuestra personalidad está formada y tenemos alrededor nuestro a las personas que deseamos sigan hasta el final.
Termino el último peldaño de los ventitantos habiendo terminado de formar esa personalidad que os comentaba antes. Y a ello me ha ayudado mi profesión. Y continuamos hacia adelante para seguir el camino que todavía nos queda. Cambio de prefijo deseando que todo continúe tal y como está pero yendo siempre a mejor.
Dedico esta fecha a la gente que a día de hoy sigue a mi lado. Dedico el día de hoy a mi abuela que este año nos dejó y que no podrá estar hoy conmigo para celebrarlo. Y dedico el día a la gente que hace tiempo me enseñó a «bailar» y que sigue «bailando» a mi lado. Seguro que los que estuvisteis hace un año aquí sabéis de lo que os hablo.
Mil gracias a todos.
La Habitación de Daniel 